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Dom: 10:00am-13:00pm

Santa Inés 3502, La Florida

Y ahora, ¿qué? (Hebreos 10: 19 – 25)

Y ahora, ¿qué? (Hebreos 10: 19 – 25)

Porque en Cristo está nuestro sustento, somos llamados a mantener firmes nuestra profesión de fe.

1- Porque en Cristo tenemos la seguridad:
a.- Porque en Cristo tenemos la seguridad de vida nueva (vss.19-20). La encarnación de Cristo trajo la plenitud del Reino de los cielos a nuestras vidas. Por lo tanto, Dios obra milagros en nosotros que se evidencian en obras de fe para su gloria. Él genera convicciones en nosotros y nos guía a vivir vidas piadosas. Este es el Nuevo Pacto que nos abre paso al Lugar Santísimo y por el cual Cristo vive en nosotros (Gál. 2:20).
b.- Porque en Cristo tenemos la seguridad de ser perfectamente representados (v.21). Puesto que tenemos a Cristo como Sumo Sacerdote, somos perfectamente representados. Contar con la representación de Cristo de forma continua debe producir la tranquilidad de un sustento permanente, infalible, infaltable, suficiente… gracias a la plenitud que encontramos en Dios. En efecto, él nos promete la vida en abundancia (Jn. 10:10), la abundancia de la Gracia y el don de la justicia (Rom. 5:17) y las riquezas de la gloria de su herencia (Ef. 5:17).
c.- Porque en Cristo tenemos la seguridad de ser transformados (santificados) (v.22). En el Antiguo Pacto, todo ritual se aplicaba de forma externa, pero ninguno de forma interna. Es solo la obra de Cristo que hace efectivo el hecho de acercarnos a Dios, lo que nos da la certeza de este acceso libre a su presencia. No se trata de acercarse a Dios con nuestros medios o según nuestro criterio, sino según el medio que él nos ha dispuesto: Jesucristo. Nuestra apreciación de la forma para acercarnos a Dios puede estar muy errada si no se conforma a lo que la palabra de Dios ordena. No se trata sólo de conocer el evangelio, sino de abrazarlo también. Es su Palabra la que nos limpia de todo mal, la que nos perfecciona, la que regenera el alma con un corazón sincero y la libra de una mala conciencia. Esto nos permite que nuestra mente, pensamiento y deseo se dirija a Dios de forma permanente, continuamente considerando su voluntad y propósito, y que eso sea la prioridad. Su Palabra provoca en nosotros asombro al mostrarnos quiénes somos verdaderamente, como en un espejo.

2- Para ser constantes en nuestro servicio a Dios (vss.23-25)
Porque en Cristo está nuestro sustento, porque él lo prometió y, como lo prometió, por Cristo somos llamados a mantener firmes nuestra profesión de fe. No se trata de actividades y llenarnos de cosas para copar el tiempo de actividades sin sentido. El llamado de Dios a nuestras vidas es a servirle y ejercer el sacerdocio y servicio al Señor:
a) Sirviendo a su iglesia, considerándola y orando por ella.
b) Estimulando y animando a los hermanos a vivir vidas que agraden al Señor, haciendo el bien, porque eso le honra y glorifica (Mt.5.16).
c) Exhortando, recordando y aplicando el Evangelio

Aplicación

1.- Porque en Cristo tenemos la seguridad:
a.- Porque en Cristo tenemos la seguridad de vida nueva (vss.19-20). ¿Eres consciente de esta entrada al Lugar Santísimo que tenemos por la sangre y la carne de Cristo? ¿Cómo valoras esta obra que fue hecha en tu lugar?
b.- Porque en Cristo tenemos la seguridad de ser perfectamente representados (v.21). ¿Dónde está tu estima? ¿Estimas a Cristo? ¿Cómo te presentas ante él? ¿Con medios que tú has creado? Considera cuál es tu posición ante Dios. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad (1 Jn. 1:9).
c.- Porque en Cristo tenemos la seguridad de ser transformados (santificados) (v.22). ¿Dónde apuntan tus intenciones y deseos? ¿A quién sirves? ¿Cómo sirves?
2.- Para ser constantes en nuestro servicio a Dios (vss.23-25)
El Señor Jesús hizo una obra completa y perfecta por nosotros. ¿Cuál será nuestra respuesta? ¿En qué nos encontrará afanados y ocupados cuando llegue? ¿Respondes en obediencia como gratitud por ser incluido en este Nuevo Pacto?.

Sermón

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