Los creyentes en Cristo fuimos llamados a producir fruto para Dios.
Con un llamado al arrepentimiento verdadero y a permanecer en la promesa de Dios confiando en la obra de Cristo. El autor de esta carta invita a reconocer que es Dios quien produce el crecimiento y esto es por medio de la fe en ejercicio y no por una fe estancada. La fe produce fruto en sí misma al reconocer nuestra deficiencia (arrepentimiento) y la total dependencia del Espíritu de Cristo, el pámpano que permanece en la vid lleva fruto.
1 Porque la obra es de Dios (v.4-6)
El poner en duda la suficiencia de Jesucristo como único mediador ante Dios, después de haber conocido su gracia en todas sus formas, es una evidencia que en realidad no hubo arrepentimiento y no se ha recibido el evangelio de Dios como verdad. Porque Dios es vida, paz y gozo y su justicia resplandece en sus hijos para la Gloria del Hijo al permanecer en él, sabiendo que Dios tiene el poder para hacer de lo malo algo bueno, por ello está escrito que en Cristo se es una nueva criatura, por la palabra que abunda en el creyente, por su Espíritu, el cual guía a toda verdad y justicia y transforma la vida carnal en una espiritual, así poder hacer la voluntad de Dios. Porque la salvación está en Cristo, por la suficiencia y perfección de su obra ante el Padre, la única obra de justicia aceptada por Dios. Viviendo una fe genuina, “porque sin fe es imposible agradar a Dios”. Porque su obra de salvación y santificación no es en vano..
2 Porque somos parte de su creación (v.7-8)
Recordando el mandato que Dios dio a Adán y a Eva, Fructificad. Somos llamados a guardar, atesorar su palabra y ser guiados por ella, por tanto por la calidad, abundancia y poder de su palabra, es que debemos producir provechosamente frutos para Dios. Además vemos para nuestro gozo, provecho y verdad, esta certeza, una promesa de nuestros Señor, teniendo como referencia el cómo se comporta la tierra cuando recibe la buena semilla y la lluvia que la riega, “RECIBE BENDICION DE DIOS”, ¡Qué gran promesa recibimos de nuestro Señor! El tener la posibilidad de hacer su voluntad y contar con toda bendición de Dios para que eso suceda, y agradarle siendo fructífero, dando testimonio de su salvación, al ser testigos de sus misericordias al compartirlas y llevando por obra la gran comisión y servicio a Dios. Por los frutos nos conocerán y le conocerán.
Aplicación
1 ¿Me identifico con Cristo? ¿Su obra me representa delante del Padre? ¿Su justicia me es suficiente?¿Disfruto del don celestial y de las riquezas de su palabra?
2 ¿Confío en la obra de Dios a través del actuar de su palabra en mí? o ¿Dudo del poder de ella? ¿Desconfío del poder de sus promesas? ¿Encuentro en su Espíritu la garantía a sus promesas? ¿Cómo estoy viviendo el evangelio? ¿Cómo estoy viviendo la fe? ¿Soy fructífero para Dios?¿Evidencio su palabra en mi vida y manifiesto sus obras?
