El que esta en Cristo tiene la certeza de un futuro con Cristo y lo demuestra en su vida.
● Por eso permanece en la verdad y vivir en justicia (vs 28-29).
El apóstol Juan anima a los hermanos a permanecer en Cristo, en su enseñanza, a través de la unción del Espíritu Santo, el cual los iba a guiar. La palabra de Dios es la que previene y rescata a la persona del pecado, de los efectos nocivos que produce el pecado. La identidad del cristiano ahora es santo, irreprensible delante de Dios y la muestra de esto, es que el Cristiano verdadero permanece en la verdad. Juan, a parte de recordar las certezas presentes, también les recuerda las certezas futuras. Que es, cuando Cristo se manifieste en su venida tengamos confianza. Juan dice una verdad a los creyentes, mostrando que si su Dios es Justo, entonces, el creyente debe vivir en justicia. Es una consecuencia de permanecer en la palabra de Dios, vivir en justicia.
● Recuerda que es profundamente amado por Dios (vs 1-2).
El apóstol le muestra a los creyentes de forma exhortativa y apasionada el amor de Dios. Un amor tan grande, amplio y perfecto que hizo a los creyentes hijos suyos, que a pesar de nuestras acciones, Dios sigue amándonos, a tal grado, de seguir llamándonos hijos. La identidad del creyente es ser un hijo de Dios. Es un cambio presente. Dios no solo cambio el destino del creyente a futuro, sino que lo cambio de forma presente, cuando su identidad paso de ser un hijo de tinieblas a un hijo de Dios. Juan le recuerda otra certeza para el creyente, que seremos transformados, nuestro cuerpo será glorificado cuando nuestro Señor venga. Este cuerpo de pecado será transformado para ser semejante a la gloria de Dios.
● Se consagra a diario a su Señor (vs 3).
Juan le dice a los cristianos que, todo aquel que tiene esa esperanza (certeza) en Cristo, se purifica así mismo, así como Cristo es puro. La certeza que habla el apóstol Juan, es grande porque fue transmitida por Dios, por lo tanto, el creyente debe estar confiado de su palabra, ya que Dios ha comprometido su carácter, su persona y sobre todo su verdad. Dios no cambia, es inmutable y siempre ha cumplido sus promesas, por lo tanto, el creyente no debe esperar como un deseo lo que Dios ha dicho, sino que debe estar seguro, confiado de lo que Dios ha dicho lo cumplirá con su tiempo.
Aplicación
● ¿Estas permaneciendo en el Señor?, ¿estas viviendo en justicia?, ¿Cuál es tu identidad hoy en día? ¿Puedes ser
llamado hijo de Dios?, ¿estas consagrándote a Dios constantemente?, ¿es un deseo o es una certeza la palabra
de Dios en tu vida?