Los que estamos en Cristo no volvemos a la antigua vida sino que avanzamos en el camino de la fe..
● Considerando lo que Dios ha hecho en nosotros. (Vss. 32-34).
El autor de Hebreos insta a los hermanos a que recuerden más bien aquellos primeros días de convertidos, en los cuales tuvieron grandes conflictos, que produjeron en ellos un carácter para sostener la fe a pesar de las adversidades. Recibieron insultos y calamidades que los expusieron frente a otros como un espectáculo lamentable para ellos, pero esto les ayudó a tener compasión por otros que también estaban sufriendo. Formó compasión y amor por los otros, aún cuando ellos fueron despojados y les quitaron sus bienes. Este cambio de vida también les puso una esperanza mayor, una expectativa eterna junto a Dios en los cielos.
● Confiando en lo que Dios hará en nosotros. (Vss. 35-39)
Aquí se entrega una instrucción. Debido a que Cristo quitó el pecado, que es gran sacerdote y que han sido fortalecido por la Obra del Espíritu Santo aún cuando las situaciones no fueron las mejores, lejos de volver atrás, es tiempo de seguir adelante con plena confianza en lo que Cristo ha hecho, confianza en que Cristo es superior a todo y también porque hay una recompensa al confiar: Vida eterna en él. Una de las características necesarias a desarrollar por los creyentes es la paciencia, “aquella característica del carácter que no permite rendirse ante las circunstancias o sucumbir ante las pruebas”. No es solamente aguantar esperando que termine pronto. La paciencia dirige nuestra vida hacia la voluntad de Dios, en contraste a que la impaciencia nos lleva a nuestra propia voluntad. La esperanza es una certeza, toda paciencia vale la pena además porque falta poco para estar en la presencia del Señor. El vendrá pronto, él no tardará. La fe marca toda la diferencia en el andar cristiano porque la confianza en lo que Dios está haciendo, y no en las circunstancias, las que pueden ser favorables o desfavorables. Confiar la vida es la muestra de fe de aquellos que han sido justificados por Jesucristo. El autor de hebreos le señala a los hermanos que los verdaderos creyentes son los que tienen fe y que esta fe es la que preserva el alma. Esto es una certeza es hermosa y debió ser de mucho ánimo para aquellos que estaban atribulados, confundidos y tentados a volver atrás: La fe en Jesucristo no solamente una recompensa futura sino un beneficio presente. El alma de cada creyente está siendo preservada por el poder de Dios.
Aplicación
● Considerando lo que Dios ha hecho en nosotros. (Vss. 32-34).
Dios ha permitido que vivamos un montón de situaciones desde que le conocimos hasta acá, muchas de ellas difíciles, algunas fueron hitos que marcaron la vida para que cambiemos hacia Dios, para que llegásemos a ser más semejantes a Cristo. ¿Cómo es tu actitud ante las adversidades? ¿Estás agradecido por lo vivido? ¿Reconoces la obra de Dios en tu vida? Es necesario agradecer al Señor constantemente y alabarlo por sus constantes muestras de amor, incluso a través de las circunstancias.
● Confiando en lo que Dios hará en nosotros. (Vss. 35-39)
El paso del tiempo no debe desanimarnos, las circunstancias no deben ser consideradas mayores que la confianza en el Señor. Dios ha obrado maravillas, Dios nos ha guardado y bendecido. Vale la pena seguir, porque como efecto de las circunstancias, Dios ha obrado paciencia en nosotros para que estemos en su voluntad y así obtengamos su promesa de vida ¿No es eso algo positivo para ti? ¿Has tenido desánimo últimamente? ¿Te han dado ganas de tirar la toalla? Además de lo qué Dios ha hecho en ti, considera lo que está por venir. Él te ha dado paciencia para soportar el día a día. No dejes de confiar, porque él fue fiel contigo en el pasado, seguirá siéndolo hasta que su obra sea completada en ti. Él te está preservando, él te premiará.