Los creyentes se relacionan unos con otros anunciando el evangelio para ser restaurados.
● Recordando quien es Dios (vs 5) El apóstol les muestra a sus destinatarios que el mensaje que anunciaban, no era una mensaje personal, sino un mensaje que había sido oído directamente de la boca de nuestro Señor Jesucristo. Y el mensaje muestra que Dios es Luz, no hay nada de tinieblas en Él. Dios es santo, apartado del pecado, perfectamente puro, donde su santidad refleja lo que es Él y lo que Él demanda de su creación, ser ética y moralmente puros, pero también su santidad, no se queda ahí, sino que abarca su majestuosidad.
● Examinamos nuestra vida a diario (vs 6,8 y 10) Juan les muestra a sus lectores errores que los “creyentes” cometen. Primero, personas que dicen que son creyentes, pero andan en tinieblas, son mentirosos, porque la verdad es que no tienen comunión con Dios, porque viven sin ser hijos de luz, sino que viven como hijos de las tinieblas. Segundo, otro tipo de personas que existen, son las que no consideran el pecado en su vida, ellos se engañan a sí mismos. El creyente debe estar consciente que aún hay pecado que mora en sus vidas, desconocerlo solamente les hace faltar a la verdad, lo cual puede corromper poco a poco al creyente. Último, si la persona dice que no ha pecado, muestra la distorsión de la realidad humana, no entiende lo que es el Hombre de forma bíblica. Porque el hombre por si solo no puede reflejar a Dios, porque no es santo como Él. Este tipo de persona hace mentiroso a Dios, porque su palabra nos muestra otra cosa.
● Teniendo la certeza de su gracia con nosotros (vs 7,9, 2:1-2) Cuando el creyente abraza la fe del evangelio, esto conlleva efectos en él: Primero, el creyente tiene comunión entre los creyentes, porque son hijos de luz, hermanos, por la sangre de Cristo. Tienen lo más preciado en común, que es la sangre de su hijo Jesucristo en su vida, la cual los ha limpiado de todo pecado. Segundo, los creyentes pueden ir todos al mismo lugar a confesar el pecado en sus vidas, pero esto es porque Dios es justo y fiel al ver a Jesucristo en sus vidas y por ello nos puede limpiar de toda la maldad que existe en nuestro interior. Tercero, el creyente tiene una esperanza, la cual es, que aun teniendo la luz en sus vidas y aun así hayan pecado, tienen al mejor defensor, al mejor abogado para con el Padre, a Jesucristo el justo. Jesucristo es el justo pago por el pecado y la ira de Dios se apacigua al ver que el pago del pecado ya ha sido cancelado por nuestro Señor Jesucristo.
Aplicación
¿Estoy recordando quien es Dios?, ¿realmente conozco a Dios?, ¿estoy examinando mi vida constantemente? ¿He podido ver los efectos de la gracia de Dios en mi vida?